Si me lo preguntas, SÍ odio muchas y muchas cosas con respecto al tema, pero es inevitable que me dure más de un día. Siempre trato de pensar en positivo, trato de dejar mi orgullo de lado, trato de dejar todas mis ganas de decir
ciertas cosas en un cajón y voy. Ya no importa, porque lo hice tantas veces que no interesa la respuesta. Se que es como es, y que no va a cambiar. Se que tiene mil defectos, y amo a esa persona tal y cual es. Porque
no se que haría si no
tuviera que pedirle
perdón todos los meses. Mi mundo sería muy distinto si no se enojara por miles de cosas i no me hablara por dos días seguidos.
Aunque me duela ese tiempo, se que la
conciliación va a ser
muchisimo mejor, y no es que me guste, pero ya es lo que pasa y lo entiendo y sigo amando como siempre o aun más. Porque
aunque se sufra, las peleas son buenas, y los
reencuentros muchisimo mejor.
Hoy te puedo decir que soy la Belén que quiero ser. Con esas de
oro al lado, con mi orgullo a un costado. Sabiendo que son lo mejor que tengo no lo voy a desperdiciar por un capricho. Sabiendo que son lo mejor que tengo, no pienso rendirme ni por un segundo.
Soy la Belén que quiero ser con todos los permisos y todas las prohibiciones. Con los límites justos para no salirme de la raya, ni tampoco para estar atada a una habitación.
Soy la Belén que quiero ser. Sin compromisos y con
sientos de complejos. La persona que se siente querida, y que encontró la otra mitad que se interesa como se tiene que interesar.
La chica que vive de sueños pero que no saca los pies de la tierra. La que aprendió a no desperdiciar lágrimas, pero a entregarlas si hace falta.
Un año que me cambió en un 95% diría yo. Con nuevas personalidades que conocer, y con mucho, pero mucho camino por delante.