Me cuesta mucho acostumbrarme a la nueva etapa, en la que los cambios se dejan de lado (o eso intento) en la que dejo de cumplir el papel de ántes para meter mi nariz en otros asuntos.
La etapa donde creo un nuevo personaje, me lo creo, y lo llevo a delante. La etapa donde me olvido de todo tipo de prejuicios o acciones pasadas. En el momento que decidi pararme sobre mis pies y caminar esos tres pasos, en ese momento, la Belén que muy pocos conocen, hizo el efuerzo de su vida.