Y aprendí tantas cosas que sería complicado ponerlo todo en un simple texto. No fue una amistad, ni una relación. No fue más allá, pero sin duda dejó marcado algo extraño y eso no se puede negar. Pasaron muchas palabras, muchas conversaciones serias, muy serias, y otras no tanto. Después de varios meses te das cuenta que aveces las cosas no son como las pensabas o si, pero nunca pensaste que te iba a pasar a vos, justo a vos. No era así, quizá sin darse cuenta lo prometió pero nunca lo tubo presente. Es difícil poder explicar las miles de palabras que se me vienen a la cabeza.
Llegué con la idea de no hacerme más problemas y me encuentro con dos mil acá esperándome tranquilamente.
Y es que es mi droga, mi timón, lo que no puedo dejar aunque quiera. Porque la vida continua sin problemas, pero día a día se siente que vivir no es solo vivir, sino sentirse vivo, y eso es lo que yo no hice durante unos días. No me sentía lo suficientemente viva como para continuar, aunque mi cara y mi cuerpo digan lo contrario, no es tan fácil sentirse vivo.
Y otra vez no, y ante la ausencia de un buen comentario, una maldita nube me hace acordar de esas cosas que no quería acordarme. Cuando empezaba a acostumbrarme a la idea de un -JAMAS- llegó a arruinarme la vida, y no con una lluvia, sino con una mirada y una forma que no era simplemente forma, era lo que alguien en alguna parte del mundo quería que vea para que mi día se arruinara pensando otra vez en la misma gilada.
Que cursi me pongo, me doy asco aveces, tendría que terminarla un poco con esto.