Y el mundo se puede caer a tus pies. Puedo morirme o asfixiarme delante tuyo que seguramente te va a dar igual. A veces me sorprende con cuanta facilidad las personas entran en mi vida, la arruinan y se van, así sin más. Definitivamente enterarse de cosas en ciertos lugares es lo peor que te puede pasar. Hay grados de humillación, y esta vez superó todas mis espectativas. Pensar que todo fue tan rápido, no me dio tiempo a mirar para atrás. No me dio tiempo a reaccionar y decir: "Stop, hasta acá llegue". O quizá si, tuve la posibilidad, pero mi eterna fragilidad, que parece ir de la mano con las malas noticias, no me dejó ver lo que iba a pasar. Sinceramente era más que obvio, pero claro, siempre me doy cuenta tarde de las cosas.
No se si decir que estoy dolida porque creo que no es así, más que nada lo llamaría decepción, o nada más sencillo que sentirse una grandisima pelotuda. Lo dejo a criterio del lector.
Releyendo, y esto no tiene mucho sentido, llego a la conclusión de que sin dar más vueltas fui yo la que creó esas malditas espectativas. Cree un inmenso mundo de la nada misma, porque es así, es la NADA. Aposté mucho, creí y confié en alguien que, para decirlo de una sutil manera, no le importo una mierda, ni yo, ni nada.
Y después de tantas cosas ¿qué podes esperar?