Te propusiste dejar de soñar y es lo que más haces, que pelotuda. Hiciste promesas que eran obvias, a olvidar. Diste por echo que en ese momento solo existían dos personas, y tenías razón, pero la persona que existía para vos en ese instante no era precisamente la que tenias en frente, que desilusión loco. Que ganas de ir, correr, entrar, saltar, putear, hacer todo junto. Decir muchas cosas, repartir piñas, sacarte la bronca. Recibir perdones truchos, y hacerte la que sos feliz. Cuanto para una sola noche. Ahora tenes muchas ganas de llorar, es domingo, uno quizá algo especial, y te encontras sola en tu casa, con tu música, pero sola al fin.