Cuando caes en que perdés a la gente es así de simple. Caes, caes, caes, caes y no dejas de caer. Es algo que no se puede demostrar ni en palabras, ni con acciones, ni con nada. Perder a una persona es un dolor inmenso, del que es difícil salir. Perder, no se si perder, sino darte cuenta que ya no te quiere, que poco importas, que no te mira, no te habla, no te siente. Todos desaprovechamos las oportunidades y nos damos cuenta tarde. Nadie sabe como reaccionar cuando es novato en el tema, y después, después de repasarlo mil veces, de leer, de pensar, de sacar conclusiones,
¿en qué me equivoque? entonces, ahí, encontrás la respuesta, no sabes si la indicada, si la correcta, pero esa que buscabas, que ansiabas tener, y nunca la tuviste para decirla o hacerla en el momento indicado.
Y la impotencia de querer que el tiempo vuelva hacia atrás, la impotencia que te da ver que se va de tu vida y de tus manos y no hacer nada, ver que después de tanto tenés la respuesta ahí, preparada para usarla, y no, es tarde como siempre, el tiempo no vuelve, y se fue, y lo viviste, y estas destrozada, y lloras, y tus días no se terminan jamas y tus pensamientos,
MENOS.