
La amistad no se acaba, uno decide cuando parar, cuando dejar de confiar, o cuando empezar a sentir diferente. Es así, no hay otra vuelta. Uno piensa que es para siempre cuando en realidad esos que están al lado tuyo están contados con los dedos de una mano. Uno piensa que la gente es sincera, cuando en realidad siempre estuvo ciega. Uno nunca acepta, pero es lo primero que debe hacer. Cuando no funcionó desde un comienzo, nunca va a funcionar. Cuando conociste a la persona, y aun así siguen habiendo problemas verdaderos, hay algo que no cambia. Es frustrante ver como de cierta manera te usan o quizá no, pero algo por el estilo.
Se supone que es decepción, o algo que pasa acá que se tiene que solucionar, de una vez por todas. La luz no brilla para siempre, y quiero mantenerte tan cerca como hasta el final.