Que extraño volver a verte y que no corra una gota de emoción por mi cuerpo. Que la alegría de poder cruzarte haya desaparecido en mi, puede llegar a acostumbrarme, quizá de hecho lo hizo. La NO necesidad de una palabra tuya. La euforia de saber que mi nombre se cruza en tu mente ya no me tienta. Que gratificante sentir que no ocupas ni un insignificante espacio más que una regresión a buenos momentos y el recuerdo de tu nombre porque si. Inútil pensar que "después de ti no hay nada", con todo lo que pude encontrar después de dejar ir todo ese supuesto aprecio.
Más tarde la felicidad plena, escondida es más que una sonrisa. La fortaleza para continuar y encontrarme en algún lugar. La incertidumbre derrumbada por un choque de cuerpos, que ignorantes a lo que causan, se juntan para crear colores transparentes en el aire.