Definitivamente todavía no caí en que estamos a 7 de Diciembre, que hoy fue mi ultimo día en el colegio, que no voy a volver a sentarme en esos bancos a escuchar una clase. Definitivamente todavía no siento ese vacio que vengo evitando hace semanas. Sentir que se termino una etapa que duro toda mi vida es totalmente aterrador.
No puedo considerar la idea de que no voy a tener algo que hacer todas las mañanas, algo tan común como despertarme todos los días a la misma hora, hacer la misma rutina e ir al colegio. No me veo haciendo otra cosa, no me veo con mas responsabilidades que las pocas e insignificantes que tengo. No quiero aceptar que no voy a ser mas la misma adolescente que se queja de tener que ir todos los días al mismo lugar, que a pesar que lo "deteste" es mi segunda casa, y una parte de mi corazón queda allá.
Seguramente fueron los mejores tres años vividos, esos que voy a recordar siempre, y de los que no me arrepiento. Me quedaron cosas por hacer, pero quizá no eran para mi.
Es raro darse cuenta lo mucho que significa para uno algo tan común como ir a la escuela, cuando siempre pensamos que era algo que hacíamos por oblación. Quizá no pueda escribir con sentimiento en este momento, pero lo que fueron estos tres años para mi no tiene nombre ni computación.